En la novela Satyricon el escritor latino Petronio describe una escena en la que el protagonista se asusta ante un mosaico muy realista que representa un feroz perro guardián y una advertencia: Cave Canem.
"...Mientras se llevaban a Trimalción (*), un músico con una diminuta flauta se acercó a su cabeza, y como hablándole secretamente al oído, tocó para él durante todo el camino. Nosotros íbamos detrás, ya saciados de refinamientos. , junto con Agamenón.
Cuando llegamos a la puerta encontramos un cartel donde estaba escrito: "El esclavo que salga sin permiso del amo recibirá cien azotes"
Justo en la entrada había un portero vestido de verde con un cinturón color cereza, pelando guisantes en una fuente de plata. Sobre el umbral colgaba una jaula dorada con una urraca de colores en su interior que saludaba a los invitados.
Estaba mirando estas cosas con asombro, cuando tuve que saltar hacia atrás tan repentinamente que casi me rompo la pierna. Había visto a la izquierda, y cerca de la guardia del portero, un perro grande atado a una cadena, pintado en la pared que parecía estar vivo, con las palabras debajo en mayúsculas: CUIDADO CON EL PERRO. Mis compañeros se rieron..." (**)
Satyricon, Petronio Árbitro (26 - 66 d.C.)
(*) trimalcònico adj. (pl. m. -ci), letra. – Digno de Trimalchio o Trimalchio, un liberto rico pero rudo que, en la novela Satyricon del escritor latino Petronio, prepara una cena espectacular, pero molesta a los invitados con sus constantes explicaciones relativas a los alimentos presentados y su preparación.
(**) A la entrada de la casa, en el suelo, estaba el lema: ¡hola!, y la advertencia: cueva canem!